Primavera celeste, suave, dulce y carismática. Yo sé que tú naces con amor, y por eso me gusta cómo hueles, cómo
vistes y cómo luces. Me duermo en tus brazos, y cada año vuelvo a acurrucarme
en tu lecho de madre. Me traes los aromas más bellos, los colores más vivos y
las sonrisas más sinceras. Tú siempre vuelves, y conmemoras el nacimiento del mundo observando desde el cielo, porque ese azul tan inmenso sólo pueden poseerlo tus ojos. Sin embargo, a veces me desalienta ver tu quehacer:
tantos árboles caídos, tantas hojas por renovar. Con Marzo revisas el trabajo de
Invierno, y ordenas todo según tu voluntad. No es fácil, porque impones leyes,
pero siembras color. Y ése es el color que da caos a la vida,
el color con el que Mayo endulza las tardes, borrando los charcos grises que dejó
tu martirio Abril. Llega Junio anunciando tu partida y lamento tu pérdida, pero siempre espero tu
regreso, cándido y lleno de vida, rebosante de risas, caricias y mantos de
flores.
©2014
©2014

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